08/08/2016

Artículo de opinión de Javier Peris, ex concejal Grupo Municipal Socialista Ayuntamiento Castellón.

En el salón de mi casa ya he hecho hueco. He quitados pósters i litografías baratas y voy a pedirle al concejal de turno que redecore mi casa de nuevo con obras de arte auténticas, de artistas de renombre, de esas piezas únicas que ya no se encuentran tan fácilmente. Mi casa va a quedar que flipas. Mis amistades me van a dar la enhorabuena y van a quedar asombradas cuando descubran el precio tasado de algunas de ellas: cero euros patateros. ¿Les parece bonita esa grotesca situación?

El ayuntamiento de la capital castellonense ha estado actuando como marchante de arte. Medio centenar de obras, de cuadros, esculturas, monedas conmemorativas, todo ello de gran valor material y patrimonial, se han esfumado de vitrinas, almacenes municipales y distintas dependencias, mientras han aparecido cerca de trescientas más. Un inventario ordenado desde la delegación de Cultura y averiguaciones posteriores de la Policía Local han puesto al descubierto el descontrol en la custodia de esos bienes, la falta de rigor en su tutela y la posible comisión de delitos de hurto y malversación. Gracias a dicho inventario se han logrado descubrir el paradero de algunas de esas piezas desubicadas, pero todavía faltan muchas y eso no se puede consentir, es inadmisible.

Falta saber dónde se encuentran las obras de arte restantes. Esta desidia, este despropósito, achacable a anteriores equipos de gobierno, es un triste símil de cómo hemos sido gobernados en esta ciudad. A nadie se le ocurre llevarse una figurita, expuesta en el aparador de casa de un amigo, o descolgar un cuadro del salón, mientras su dueño nos prepara unas pizzas al horno. Es aberrante la indolencia y la apatía con la que se manejaban los anteriores gestores de los asuntos municipales. Descuidar el patrimonio público es arruinar la imagen de confianza de los vecinos de Castellón para con sus gobernantes.

Desde que forme parte como concejal del Grupo Municipal Socialista, siempre se votó en contra de la aprobación del inventario municipal, que era propuesto y aprobado por el PP, cumpliendo así con la legislación correspondiente. La explicación, que ofrecí en el pleno como ponente en esa cuestión, era que nos constaba "que hay esculturas que nadie sabe donde se localizan, como el caso de una escultura de Pepe Romero donada a la ciudad en 1987, el busto de un hijo predilecto de Castellón, objetos como unas llaves de oro que se entregan cada año a los Reyes Magos, donadas por un vecino sin inventariar o muebles que desaparecen, coincidiendo con alguna jubilación". De esa forma me expresé en aquella sesión plenaria. Todo olía muy mal desde hacía tiempo.

Aquella intervención también ofrecía soluciones urgentes al caos imperante por tanta negligencia: "creemos conveniente realizar de forma urgente una auditoría interna que refleje la realidad patrimonial, en la que se fotografíen, se localicen y se etiqueten, de nuevo todos los bienes muebles e inmuebles, y, en especial, los objetos históricos, artísticos o valiosos para que sean expuestos en la web municipal, como se hace en otras ciudades. Además se deberían realizar exposiciones públicas periódicas de carácter temático para que todos los vecinos conozcan su rico patrimonio municipal de primera mano".

Entonces ni caso. No se dieron por aludidos. Esperemos que ahora que el tema ha llegado a la fiscalía asuman su responsabilidad, recapaciten, pidan perdón y ayuden en lo posible a solucionar el misterio de las obras de arte desaparecidas. En otra sesión del pleno, volvimos a insistir en el tema. Aquel día, mi intervención, en nombre del grupo socialista, se cerraba con una acusación directa: "Ustedes no han hecho nada de nada. Han hecho oídos sordos y no han justificado su desaparición. Por lo tanto no vamos a ser cómplices de su falta de rigor y transparencia con el patrimonio de todos los vecinos, por eso han tenido nuestro voto negativo. Espero que la próxima Corporación", concluía, "sea la del Ayuntamiento de cristal que defienda nuestro patrimonio como debe de ser". Por lo visto el PP no se quiso dar por enterado; al parecer les daba igual. A nosotros, no. Ahora, gracias a las concejalías de Cultura y de Seguridad Ciudadana, al nuevo equipo de gobierno de la alcaldesa Amparo Marco, hemos podido conocer el alcance real de ese atropello cultural a todos los castellonenses.