08/07/2017

Artículo de opinión de la alcaldesa de Castellón, la socialista Amparo Marco.

La incertidumbre no genera confianza y la confianza es imprescindible para el éxito de cualquier proyecto. Es un principio básico en cualquier organización que aspire a alcanzar metas provechosas. También para los ayuntamientos, que no dejan de ser una Administración especial, cercana a los intereses de la ciudadanía, pero que es el último eslabón en la toma de decisiones de gran trascendencia para esas mismas ciudadanas o ciudadanos.

Esa incertidumbre y esa desconfianza es lo que desde el Ayuntamiento de Castelló hemos sentido esta semana después de escuchar la penúltima promesa preelectoral del Gobierno central, de boca del ministro de Fomento. En un acto precipitado, convocado con apenas 24 horas de antelación -al menos para algunos- Íñigo de la Serna anunció a toda traca el proyecto de una nueva plataforma ferroviaria entre Castelló y Valencia para dar una solución al colapso, actual y futuro, del tráfico entre ambas ciudades.

Podríamos decir que causó sorpresa, pero no tanta. Estamos acostumbrados a las formas de gobernar, es un decir, del Partido Popular. Un estilo de "fum de canya", de propaganda, simplismo y postureo. Después de dos décadas de vino y rosas con gobiernos calamitosos de la derecha, en Castelló y la Comunitat Valenciana sabemos de las artimañas y las tramas a las que recurre para tratar de engañar a la mayoría silenciosa. Porque eso fue el anuncio de la futura inversión millonaria y nada más. Un engaño. Un lamentable engaño. Estamos asombrados por la improvisación con que se ha divulgado el proyecto: sin planificación ninguna con la Generalitat, sin presupuesto real, sin una financiación clara y sin un calendario de las obras.

El ministro de Fomento anunció una inversión que nos parece necesaria, que nos parecía necesaria hace más de diez años y que fue, precisamente, el PP el encargado de soterrarla y propiciar un sucedáneo, el llamado tercer hilo, insuficiente para resolver el problema de las comunicaciones en el ámbito del Corredor Mediterráneo. Y por eso, porque estamos convencidos de la importancia de la doble plataforma ferroviaria es por lo que pedimos, o mejor dicho, exigimos, toda la seriedad del mundo.

Queremos creer en el proyecto, porque fue un Gobierno socialista, el del vilipendiado José Luis Rodríguez Zapatero, el que promovió la doble plataforma como una solución real, y de futuro, para potenciar el eje mediterráneo, un territorio que aglutina la prosperidad y el desarrollo regional de España. Las comunidades autónomas que reclamamos el Corredor del Mediterráneo (Andalucía, Murcia, Comunitat Valenciana y Catalunya) aportamos el 50% de la población, el 45% del PIB del país, el 47% del tejido productivo, el 46% del empleo, el 51% de la exportación de bienes y el 63% del tráfico de mercancías portuarias. Una estadística demoledora, que justifica el interés y la defensa de un proyecto esencial para nuestro desarrollo económico y social.

Tenemos, por tanto, la capacidad de pedirle al ministro que vaya más allá del anuncio aireado en Castelló y le instamos a que traslade el proyecto a los Presupuestos Generales del Estado. Cuando veamos la inversión publicada en el BOE nos lo creeremos. Nos gustaría que la doble plataforma fuera una realidad, porque esa es la demanda que hemos defendido siempre, pero es normal que lo asumamos con cautela, porque si en estos momentos el Gobierno no puede resolver un problema más trivial, como el recorte de frecuencias en los trenes de Cercanías, cómo va a ser capaz de desarrollar una nueva plataforma ferroviaria, una infraestructura que exige planificación, inversión y gestión del territorio. Son dudas razonables.

Castelló quiere reivindicar lo que es justo. Tenemos un déficit de infraestructuras que se ha ido agravando año tras año. Los castellonenses aportamos mucho a la financiación del Estado y no recibimos lo que nos corresponde. Es una cuestión que justicia que debe resolverse ya. El Gobierno central ha de ser sensible a las exigencias sensatas de Castelló y por eso le entregué al ministro de Fomento una carta con las reivindicaciones históricas de la capital y la provincia. Unas reivindicaciones que han sido reiteradas desde la Alcaldía de Castelló en los últimos meses, sin una respuesta efectiva por parte del Ministerio responsable de las infraestructuras estatales.

Defendemos la "agenda de Castelló", los proyectos de comunicación estratégicos que han de contribuir al relanzamiento de esta tierra: los Cercanías a Valencia y al norte de la provincia, el AVE, el Corredor Mediterráneo, el acceso sur al puerto y la liberalización de la AP-7. El Ayuntamiento defenderá las inversiones necesarias ante todas las administraciones públicas implicadas, sin tener en cuenta el color político. Por responsabilidad, por justicia y, sobre todo, por necesidad.