08/05/2017

El portavoz del Grupo Municipal Socialista al Ayuntamiento de Castelló, Rafa Simó, analiza en este artículo las polémicas que han rodeado la vida política municipal las últimas semanas.

Ya ha empezado la temporada tenística de tierra batida. Concatenaremos domingos viendo cómo Rafa Nadal hace su leyenda más grande. Uno de sus secretos es que comete pocos errores no forzados. En política, como en el tenis, es imposible no cometer errores o no tomar decisiones mejorables. Gobernar es elegir, y elegir tiene algo de traicionar. Pero el que hay que intentar es no concatenar errores y menos todavía si son no forzados.

Una comisión de servicio que podría haber sido mejor comunicada. Declaraciones en prensa desde diferentes frentes. Una moción con acuerdos legalmente discutibles. Una votación plenaria estremecedora. Una comparecencia inadmitida con tiempo y justificaciones mejorables. Un turno de ruegos y preguntas poco inteligente. Y un pleno extraordinario donde el fondo ya era lo de menos. Ya sabrán de que los hablo. Personalmente, creo que se trata de una extraordinaria concatenación de errores no forzados o decisiones mejorables sobretodo en las formas. Los últimos meses no han sido fáciles para los firmantes del Pacte del Grau y creo, francamente, que todos podríamos haber hecho las cosas mejor. Todos. Con independencia del fondo del asunto. Gobernar en coalición significa partir de situaciones diferentes y llegar a acuerdos haciendo la menor sangre posible por el camino. Esta vez, lo podríamos haber hecho mejor.

Es evidente que esta concatenación de errores no forzados ha enturbiado el objetivo principal del Pacto y ha dejado en una posición muy cómoda a la derecha de Castelló. Quién le tenía que decir al PP ahora hace casi dos años que hoy estaría en esta posición cuando perdió siete regidores. Y sin habérselo trabajado mucho, simplemente viendo como nosotros cometíamos errores no forzados. El partido más corrupto de Europa tiene la habilidad de enredarnos en temas que poco tienen que ver con el bienestar ciudadano. No se lo metemos fácil, no los regalamos más burbujas de oxígeno. Evitamos los errores no forzados.