Introducción

El Camino Caminàs (lugar donde se asientan la mayor parte de nuestras ermitas), según José Sánchez Adell, es un viejo camino prerromano que atraviesa toda la comarca de la Plana de norte a sur en trayecto paralelo al mar, marcando dos niveles geológicos. El nivel inferior, entre éste camino y el mar, originariamente pantanoso y cubierto de frondosa vegetación, fue transformado parcialmente en huerta por los romanos y los árabes. El nivel superior, hasta la línea de contacto con el secano, se convertiría en la vieja huerta de Castellón.

Desde los primeros momentos, aquel singular camino, centró los primitivos núcleos de población.

A lo largo del Caminàs y en su intersección con los caminos que bajan al mar, se emplazaban las antiguas alquerías árabes, considerando como tales los pequeños núcleos de población que reunían a los miembros de una misma familia, tribu o clan.

Sant Jaume de Fadrell era la más importante de todas. L´alqueria de Benirabe, situada a un nivel ligeramente superior, fue escogida en 1251 para fundar Castellón.

El castillo de la Magdalena, por su parte, ofrecía protección y refugio a los habitantes de las alquerías, al tiempo que tenía a su cargo la recaudación de tributos y la vigilancia de las vías de comunicación.

A éste antiguo camino, los nuevos pobladores, después de la conquista de 1233, le dieron éste sonoro nombre: El Caminàs, El Camino Ancho, El Camino Grande.

En lugares más o menos próximos a las antiguas alquerías, se construirán en el transcurso de nuestra historia LAS ERMITAS DEL CAMINÀS.